Capilla de la Santa Cruz milenaria de Huatulco Hace casi 2000 años, en tiempos de los apóstoles de Jesús, los Indios de estos lugares vieron venir por La mar, Como si viniera del Perú, un hombre anciano blanco, de cabello y barba larga, de túnica larga ceñido y con manto.

Este hombre en la tradición milenaria del pueblo, es reconocido como el apóstol Santo Tomás y en la historia de México es Quetzalcoatl. Venía cargando una cruz muy descollada y hermosa. Espantados del prodigio acudieron muchos lugareños a la playa a verle.

El hombre blanco le saludo benévolo en su propia lengua y estuvo algunos días enseñándoles muchas cosas..., todos los días permanecía hincado de rodillas. Cuando se quiso ir les dijo que les dejaba el Santo Madero. Siendo grandísimo y muy pesado. Él mismo lo puso y lo paro en la playa.

Aquí acudían grandes peregrinaciones de indios de distintas partes a adorar al Santo Madero. De ahí nace el nombre de Huatulco palabra que proviene del náhuatl QUAUHTOLCO que quiere decir: cuauhtll, Madero: toloa, hacer reverencia bajando la cabeza, y CO. Lugar.

Por tanto Huatulco quiere decir, lugar donde se venera el Madero. La cruz de Huatulco se hizo famosa desde que el el año de 1587 el pirata inglés Thomas Cavendish llego al entonces puerto de Huatulco y después de haber entrado a robar en el pueblo, intentó derribar las Santa Cruz con hachas y cierras y no siendo posible mandó aceptarla con cables a su embarcación que dirigiéndose mar adentro tampoco pudo moverla; lo mismo aconteció cuando ordenó quemarla, quemando ilesa.

Este gran acontecimiento hace brotar una devoción y respeto extraordinarios, manifestados en peregrinaciones y visitas en todo tiempo y de diferentes partes de México y de las lejanas playas del sur de América. Referían los peregrinos cómo al contacto de aquella reliquia, quedaban curados de sus enfermedades, por eso, llevaban astillas de madera, lo cual fue deformándola.

Más adelante siendo obispo de Oaxaca, el Exmo. Sr. Don Juan Cervantes, el madero fue trasladado A la ciudad de Oaxaca, en donde se fraccionó en varias porciones de las cual es una fue enviada al Vaticano, otra a México, otra a Puebla y otra, quedó en la catedral de Oaxaca en una de las capillas.

Durante muchos años, los pobladores de Huatulco se han encargado de conservar la devoción y el respeto al lugar donde fue sembrada en la cruz milenario. Al crearse el desarrollo turístico de Huatulco, lo defienden y se unen para pedir que se construya una capilla digna de valor histórico y religioso que tiene.

Por disposición del Exmo, Sr. arzobispo de Oaxaca, Don Héctor González Martínez, es traída una cruz pequeña, formada de una porción quitada Del fragmento original que se conserva en la catedral, para ser incrustada en la cruz actual, entronizada en el altar principal de la nueva capilla. Y el 3 de mayo de 1999, es bendecida solemnemente la capilla de la Santa Cruz de Huatulco, por el Exmo. Sr, obispo auxiliar de Oaxaca, Don Miguel ángel Alba Díaz, siendo párroco el Pbro. Antonio Arellano Pérez.